Los costes, plazos, problemas jurídicos y técnicos que se plantean en un juicio internacional son muy complicados. Y no todos los abogados/mediadores tienen la formación necesaria para entender casos tan complejos.
Me formé en Bruselas en 2012, en un curso específico organizado por la Comisión Europea, y formo parte de una red de mediadores familiares internacionales: crossbordermediator.eu
Llevo desde entonces ayudando a familias formadas por progenitores de diferentes nacionalidades, o de una misma nacionalidad, pero residentes en un país diferentes a su país de origen, a encontrar un nuevo futuro en el panorama internacional.
Colaboro con asociaciones internacionales como MIKK, Reunite y Niños sin Derechos.
Idiomas: francés y español: nativo. Inglés: nivel alto
