Ruidos, malos olores, humedades, animales domésticos, obras, modificación de elementos comunes, improcedencia de las obras, aparatos de aire acondicionado, etc.
Conflictos relativos a la utilización de espacios comunitarios: uso común de garajes, piscinas, gimnasios, clubes sociales, jardines, antenas, etc.
Por no mencionar las reuniones de vecinos….
Denunciar en realidad no sirve para mucho, incluso agrava el problema inicial. Aparte del tiempo y dinero que le cuesta a la comunidad, los juicios en comunidades de vecinos suelen dividir a la comunidad en bandos.
Empiezan las discusiones, los silencios incomodos en el ascensor, se pierden amistades, hay casos donde incluso los coches en el garaje sufren ataques vandálicos: ruedas pinchadas, coches rayados…
Muchas veces con una sentencia la ruptura dentro de la comunidad permanece se agudiza y nadie se siente satisfecho.